sábado, 14 de junio de 2014

El espermatozoide es rey. Consideraciones microbiológicas sobre la monarquía


Le escuché a Lynn Margulis en una conferencia que los protozoos eran lo único que tenía sentido biológico en el mundo de los eucariotas. Un frase provocadora ¿Verdad?. La frase se me quedó grabada y pasado el tiempo me di cuenta de la potencia intelectual que tenía: el protozoo era la unidad biológica que se mantenía en el tiempo. Una unidad con n dotación de cromosomas en una carcasa biológica 2n. Si lo ponemos a escala humana son los espermatozoides y los óvulos lo único que tiene continuidad temporal. En mi caso sólo dos espermatozoides, uno con dotación cromosómica X (mi hija) y otro con dotación cromosómica Y (mi hijo). Una vez que se produjo la fecundación del óvulo, empezó a dividirse, y ya muy temprano, a las pocas divisiones celulares hubo unas células que se encargarían de producir las células sexuales de mis hijos. Una vez que me he reproducido, sentido biológico tengo muy poco. Ya he cumplido mi papel y sólo me resta cuidar de mi prole hasta que sean capaces de valerse por si mismos. Llegados a ese momento, como diría Roy Batty, el replicante de la película "Blade runner": "Es tiempo de morir". Si, lo se, la biología puede ser muy deprimente a veces.


Cuando se coge un libro de criptogamia o uno de biología de los protozoos, es apabullante ver cuantos ciclos de vida distintos tienen los organismos unicelulares procariotas. Los hongos alternan entre ciclos en los que son unicelulares n y otros ciclos en los que son pluricelulares 2n. Lo mismo ocurre con los animales, pero vistos según la mirada de Lynn Margulis, el estado 2n, pluricelular, es solo un soporte para que vivan esos protozoos primigenios de dotación n. Es un poco como las reinas de las hormigas o de las abejas: sólo ellas se reproducen mientras que el resto de las habitantes de la colonia son estériles. Sólo nuestras células sexuales son fértiles, el resto de nosotros somos estériles.

En el caso de la monarquía la importancia de las células sexuales llega a su culmen. El espermatozoide no solo es importante biológicamente sino también políticamente. El espermatozoide de Juan Carlos que llegó al óvulo de Sofía de Grecia ha heredado no solo su ADN sino también su cargo político como máximo representante de la nación. El resto de los espermatozoides y óvulos no pueden aspirar a ser máximo representante de la nación. Las consideraciones políticas bajo la mirada de la microbiología se vuelven

bastante paradójicas, sobre todo cuando lees este titular: Infanta Leonor: '¿Papá, cuándo voy yo a hacer un discurso?', y piensas: "Hace 9 años que este espermatozoide comenzó su viaje y ya quiere hacer un discurso... wow"

http://www.elmundo.es/loc/2014/06/14/5399cc22268e3e57108b45a4.html

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