viernes, 28 de marzo de 2014

“Por ahora lo que se ha hecho es como copiar la Gioconda, no ha habido verdadera creación”

Os dejo abajo un artículo publicado en Materia por Nuño Domínguez. De lo mejor que he podido encontrar en la prensa sobre la creación de un cromosoma de levadura artificial. Es increíble el sensacionalismo de muchos periodistas. Ya ha ocurrido con "la cura del cancer" y ahora se hacen eco de este descubrimiento en semejantes términos. Bien, la creación de un cromosoma sintético es un gran avance, es un trabajo de premio Nobel pero no es el "crear un genoma humano sintético".

http://esmateria.com/2014/03/27/el-primer-hongo-con-un-cromosoma-sintetico-se-acerca-la-vida-artificial/

miércoles, 26 de marzo de 2014

Brucella en la leche de cabra sin hervir a la venta en las calles

El estudio fue conducido por Gabriel Trueba y Verónica Barragán, profesores del Instituto de Microbiología de Quito, Ecuador, detectaron la bacteria Brucella, causante de la fiebre ondulante o fiebre de malta, en muestras de leche de cabra sin hervir a la venta en calles de varias zonas de Quito y alrededores.

La bacteria Brucella es causante de la Brucelosis, enfermedad que se transmite al humano por consumo de productos lácteos no pasteurizados (leche sin hervir), o carne cruda o semi-cocida de animales como cabras y vacas. Esta enfermedad produce fiebre ondulante o fiebre de malta, que se caracteriza por ataques de fiebre intermitentes y sudoración, dolor articular, muscular, anemia y debilidad.
Imagen: Leche de cabra expendida en calles de la ciudad de Quito.
Fotografía cortesia del Instituto de Microbiología de la USFQ

Desde junio del 2011, los investigadores analizaron 300 muestras de cabras (100 muestras de leche, 100 ganglios linfáticos y 100 muestras de sangre). Las muestras de leche de cabra fueron colectadas en barrios del sur y norte de Quito, así como en Amaguaña y Guayllabamba; mientras que las muestras de sangre y ganglios fueron colectadas en el Camal Metropolitano de Quito.

Con el uso de avanzadas técnicas de análisis genético, el estudio pudo determinar que un 9% de las muestras de leche de cabra y un 13% de las cabras faenadas en el camal Metropolitano. estaban infectadas con la bacteria Brucella.

De no ser tratada adecuadamente, la Brucellosis se torna crónica y puede causar infecciones severas que involucra a los huesos y orquitis (inflamación del testículo). Más aún, recientes investigaciones han revelado que puede producir aborto.

El tratamiento de la Brucellosis es complejo pues requiere administrar a los pacientes infectados con una combinación de hasta 3 antibióticos durante largos períodos de tiempo.

El hallazgo de Brucella en leche y carne de cabra expendida en Quito es de gran importancia para la salud pública de la población Quiteña debido a que la leche de cabra es consumida frecuentemente en las calles de nuestra ciudad. Existe la creencia popular de que esta leche fresca (recién ordeñada) posee propiedades curativas para contrarrestar problemas respiratorios, infertilidad, control de anemias e inmunidad para evitar resfríos y gripes.

Es necesario tomar en cuenta que cualquiera sea nuestra creencia sobre las propiedades de la leche, ésta debe ser hervida o pasteurizada antes de ser consumida. Además, es importante conocer que la Brucelosis también produce severos síntomas en los animales, siendo el aborto la consecuencia más crítica.  

Afortunadamente, el control de esta enfermedad tanto para animales y humanos es fácilmente preventible mediante la vacunación de los animales.

lunes, 24 de marzo de 2014

La tuberculosis un problema ligado a la pobreza

Escalofriante artículo publicado por Emilio de Benito en El País


Kohinur Begum, enferma de tuberculosis, con su hijo frente a su casa en un suburbio de Chittagong (Bangladesh). 

La Dama de las Camelias es un personaje universal. La heroína romántica de Alejandro Dumas, muerta de tuberculosis, fue el retrato por excelencia de una enfermedad urbana y que se creía occidental. Pero el bacilo está en todo el mundo, y los esfuerzos no consiguen erradicarlo. A sus tradicionales aliados —pobreza, malnutrición— se sumó hace 30 años el VIH. La ciencia aportó hace 50 años un tratamiento antibiótico combinado que casi no ha evolucionado. Pesado y caro para muchos de los afectados (seis meses de medicación diaria que cuesta unos 120 euros, una cifra inasumible para gran parte de la población mundial), el abordaje farmacológico solo es eficaz si se lleva a rajatabla. Cuando empiezan los incumplimientos, se convierte en un factor incluso pernicioso: aparecen las resistencias, que necesitan más medicación y durante más tiempo (hasta dos años).
Con este escenario, los datos ante el día mundial contra la enfermedad que se conmemora este lunes no pueden ser optimistas. En el mundo, 8,6 millones de personas contrajeron tuberculosis en 2012, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto supone unos 125 casos por cada 100.000 personas. De ellos, unas 500.000 tenían ya una variante resistente al tratamiento habitual. 1,3 millones de los afectados murieron. De hecho, la tuberculosis es la enfermedad infecciosa que más muertes causa, después del VIH. Pese a todo, los esfuerzos por reducir la enfermedad parece que empiezan a arrojar sus frutos. La tasa de casos era de 150 por 100.000 en 1990, y se mantuvo estable hasta 2002. También entonces empezaron a bajar las muertes.
En Europa, los datos del Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) indican un descenso del 6% anual. Pero hay miedo a que la tendencia cambie. España está en la misma línea. “Llevamos bajando un 4% en los últimos años”, dice Joan Ruiz Manzano, de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ). “Pero tendríamos que estar en 10 casos por 100.000, y estamos en 15 o 16, lo que nos sitúa a la cola de Europa, a los niveles de Estonia, Rumanía y Eslovaquia”. Esto arroja unos 6.000 casos al año. “Pero cada vez hay menos y se tratan mejor”, insiste el médico. El otro buen dato que Ruiz Manzano apunta es que el porcentaje de pacientes con resistencias es muy bajo, de menos del 1%, cuando la media mundial está en cerca del 6%.

Ligero retroceso

Casos. En 2012 hubo 8,6 millones de nuevos infectados por tuberculosis. En 2000 eran 9 millones. La enfermedad tiene una forma pulmonar mayoritaria, pero hay otras (pleural, visceral, cerebral).
Exposición. Un 30% de la población mundial ha estado expuesta al bacilo de la tuberculosis, pero solo una pequeña parte desarrollará la enfermedad. Suelen ser personas vulnerables, por malnutrición o inmunodeficiencia.
Contagio. Para que haya contagio hace falta una exposición cercana a la persona infectada. El bacilo se transmite por el aire.
Mortalidad. Los tratamientos actuales son muy eficaces si se siguen bien. La tasa de mortalidad está en unas 12 de cada 100.000 personas. En 2012 fueron 1,3 millones, incluyendo 320.000 que también tenían VIH.
Países. 22 países reúnen el 80% de los casos. Los asiáticos (China, India, Indonesia, Filipinas... etcétera) representan el 60% de los casos. El resto se concentra en el sur de África y Brasil.
Cuando se habla de esfuerzos por reducir la enfermedad, no se exagera. Lo saben bien el Fondo Global contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria y las ONG que colaboran con él. En los suburbios de Chittagong, la segunda ciudad de Bangladesh (cuatro millones de habitantes), famosa por ser uno de los mayores cementerios de barcos del mundo —y una de las mayores fábricas textiles del planeta—, es la organización BRAC la encargada de llegar hasta el último rincón.
Concretamente en el de Tigerpass Railway Colony, que debe su nombre a que era zona de paso de tigres antes del boom demográfico, en un cubículo de cemento de unos de tres por tres metros, vive Kohinur Begum, una mujer de 25 años con su marido y su hijo. Fue diagnosticada de tuberculosis hace cinco meses. Una vecina, voluntaria de BRAC, se asegura de que tome la medicación cada día. Es algo parecido a lo que en España se conoce como tratamiento directamente observado. Los fármacos son un bien demasiado preciado como para que se malgasten.
Begum trabaja en una de las inmensas fábricas textiles del EPZ (Export Processing Zone, zona de producción para exportación) de Chittagong. Es, de alguna manera, una privilegiada. Ahí, por jornadas de 10 horas seis días a la semana (se libra los viernes, día sagrado de los musulmanes) se pueden cobrar hasta 80 o 90 euros mensuales, un buen sueldo para el país. Varias de estas factorías tienen servicios sanitarios (dos enfermeras para 3.500 trabajadores, en la que visitó EL PAÍS invitado por el Fondo Mundial) dedicadas a diagnosticar precozmente la tuberculosis y otras enfermedades. También hay un hospital dentro del complejo fabril. Es una precaución útil: un infectado podría ser un riesgo para el resto de los trabajadores. También se ocupan del seguimiento del paciente, y le facilitan —gratis— el tratamiento. Además, y eso es muy importante, no despiden a los enfermos. Esos beneficios sociales se notan en la vivienda de una sola habitación de Begum: un enorme televisor en una de las paredes demuestra que se trata de una trabajadora bien pagada. Sin embargo, ella misma admite que no habría podido hacer frente a la medicación. Con un sueldo de unos 9.000 takas bengalíes (unos 100 euros), no podría gastarse 20 euros al mes en los cuatro fármacos que debe tomar.
Este tipo de suburbios, barrios de chabolas donde se apiñan miles de personas sin servicios higiénicos y muchos sin luz eléctrica, son “la zona cero” de la tuberculosis, dice un portavoz del Fondo Mundial. Es el ejemplo de todos los factores que hacen que la infección se mantenga viva en el mundo: pobreza, hacinamiento y mala alimentación. De hecho, los voluntarios de BRAC, aparte de repartir la medicación, también dan consejos nutricionales y venden a bajo precio suplementos alimenticios, lo que les ayuda también a sobrevivir.
Aunque no se puede comparar, son las mismas condiciones que contribuyen a que la tuberculosis no se erradique (y la OMS ha llegado a vaticinar rebrotes) en Occidente. “El 40% de los casos en España se da entre los inmigrantes más pobres o que viven hacinados, no porque la traigan, sino porque la adquieren aquí”, dice el neumólogo Ruiz Manzano.
Begum, por lo menos, tiene una variante normal de la tuberculosis. En las condiciones de países como Bangladesh, eso se comprueba de forma empírica: se repite la prueba del esputo a los dos meses de empezar la medicación. Si el bacilo no se ve al microscopio, no era resistente.
Eso no le sucedió Taramina, un hombre de 55 años —más o menos, él no lo tiene muy claro— del vecino barrio de chabolas de Motijhorna. Este pescadero vivía en un pueblo, pero ha tenido que trasladarse con su mujer a la ciudad para estar cerca del hospital. “Hizo una tontería; dejó de tomar la medicación”, cuenta Akramul Islam, director asociado de BRAC. Ahora recibe una visita diaria de un enfermero que se asegura de que cumpla con la medicación. “Mi hijo se ha tenido que encargar del negocio y mi hija trabaja en una de las fábricas de la zona especial, pero aún me quedan 15 meses de estar aquí”, dice a través de una mascarilla de tela que parece casera (y de dudosa eficacia). Pese a ello, Taramina la mantiene, aunque al principio le costó usarla: le identifica como alguien con tuberculosis, una enfermedad que lleva asociado un estigma por el riesgo que supone para los vecinos (aunque este acaba a los 15 días de tratamiento). Es que, como dice Suresh Konti Chakma, en su pueblo de Joutho Khamar, en el distrito de Rangamati, al este de Bangladesh, “un dicho dice que si tienes tuberculosis es que vas a morir”. Él la superó hace cuatro años, y es, orgulloso, el último de su pueblo de 275 habitantes, un conjunto de chozas de paredes de hojas de palma entretejidas en una ladera de una zona selvática. “Ni sabía lo que era. Me han salvado la vida”.
En este cóctel de circunstancias favorables a la tuberculosis, falta uno: el sida. Pero su relación con la tisis se hace evidente cuando se ve que el 20% de los fallecido con VIH lo hicieron por tuberculosis, o cuáles son los países con mayor tasa de infectados. El primero, Suazilandia: 1.309 casos de tisis por 100.000 habitantes, y también el primero en población infectada por el VIH según Onusida, el 26,5%. El segundo, Suráfrica (y una tasa de tuberculosis de 1.003 de cada 100.000 habitantes y un 17,9% de los habitantes con VIH).
Los Objetivos del Milenio de la ONU estipulaban uno que consistía en revertir la tendencia de casos y muertes por tuberculosis. Y, en términos globales, se está cumpliendo. Pero queda mucho por hacer. Suazilandia, por ejemplo, tenía 267 casos por 100.000 habitantes en 1990. Ahora son más de 1.000. Suráfrica tenía 321. De hecho, de los 24 países con mayores tasas, solo dos, Botsuana y República Centroafricana, están reduciéndolas. Bangladesh, que no está en ese grupo, lo mantiene estable en 225 pese a todos los esfuerzos. “El problema es que en otras enfermedades endémicas como la malaria, la prevención es más médica; con la tuberculosis es más social y económica. Y ahí no podemos llegar”, dice Akramul Islam. La Dama de las Camelias va a ser lectura obligatoria para largo.

sábado, 22 de marzo de 2014

Agua limpia una batalla cargada de futuro




Sarah, de 14 años, vive en Divaguya, un pueblecito en la Gumuz Region, al este de Etiopía. Camina durante una hora, dos veces al día, hasta llegar a esta fuente. Rellena su garrafa de veinte litros y la ata a su espalda.



Artículo publicado en El País hoy y escrito por Ana Palacios. Lo reproduzco porque hay que señalar uno de los factores que más influyen en que existan más enfermedades infecciosas en el mundo. El agua limpia es un factor determinante para la subsistencia de comunidades en el tercer mundo y el acceso a fuentes de agua potable será uno de los factores que condicione la geopolítica en el futuro. Me explico, no es sólo el acceso, es el acceso de unos grupos de población determinados a expensas de otros. Una batalla entre grupos de población. La ciencia ya puede dar respuesta a estos problemas, sólo falta implementar las soluciones, cambiar las mentalidades étnicas, proponer otro modelo de desarrollo. Os dejo con el artículo:

Las cifras, como las gotas, una a una, van cayendo y conformando un río. En este caso el de la pobreza: un total de 783 millones de seres humanos viven sin agua limpia, 2.500 millones carecen de adecuadas condiciones de saneamiento.... Cifras escalofriantes que nos recordaba hace unas semanas el presidente de la Asamblea General de la ONU, John W. Ashe. "Erradicar la pobreza extrema es nuestra prioridad absoluta, y nuestra guía es el desarrollo sostenible. El acceso universal al agua potable, saneamiento y energía serán críticos en este aspecto”. Y es conocido también que ellas, las mujeres, se llevan la peor parte. Aunque ya se respiran los cambios...
Hace unos días volví de África. Después de casi dos meses fuera, tenía la nevera vacía, así que bajé al supermercado a comprar básicos. Me llevé un paquete de seis cajas de leche, un par de tetrabriks de zumo, otro de caldo preparado y una botella de refresco de dos litros. Total 11 litros. Algunas verduras, pasta y queso. Calculé unos 13 kilos de peso, dividido en dos bolsas y debía andar tres manzanas de vuelta al piso. Chin, chan. Tuve que parar tres veces a cambiarme las bolsas de mano. Me desequilibraba a cada paso y llegué sudando a casa. Menos mal que eran solo tres bloques, pensé, unos diez minutos caminando. Esta anécdota de mujer blandengue me hizo reflexionar.
Pensé en las niñas y mujeres que había conocido durante estas semanas en Etiopía. Esas niñas que caminan una media de dos horas al día para llevar agua desde las fuentes hasta sus hogares. Llenan sus dos garrafas amarillas de 20 litros cada una, hasta la última gota, las cuelgan de una rama que apoyan como pueden sobre sus hombros y regresan con ellas, en general, en la cabeza. Esa imagen tan africana. Marchan sin parar, con paso firme y alerta. Con los cinco sentidos puestos en su ruta, muchas veces empinada y sin asfaltar. Atentas a las hienas, que a tantas mujeres han devorado ya en esos senderos, y sin perder de vista a los hombres que se cruzan, deseando tener suerte para que no las asalten, ni las rapten, ni las violen. Llegar sanas y salvas a casa cada día es una aventura sin garantías. Todo por el agua. Cuarenta litros.
Según las estadísticas elaboradas por el Ethiopian Development Research Institute en el último censo sobre población y recursos en Etiopía (2007), la cobertura de agua potable en zonas rurales es del 66% y del 95% en zonas urbanas. El 27% de la población obtiene el agua directamente de los lagos, ríos y estanques y un 28% lo obtiene de pozos o manantiales no protegidos. Esto se traduce en que una gran parte de la población –mujeres en su mayoría– tiene que desplazarse a buscar agua fuera de sus hogares con los consiguientes problemas que se desprenden de esta molesta actividad.
Algunos pozos presentan una técnica de extracción poco eficaz. Este cerca de Kola Village es uno de ellos: la palanca de bombeo es extremadamente corta y hace falta un gran esfuerzo para obtener el agua. Las vecinas han ideado un eficaz sistema para que la fuerza necesaria sea menor metiendo una caña por la barra que bombea. / Ana Palacios
Cuarenta litros de agua que servirán para atender las necesidades hídricas de toda la familia. Las mujeres planifican cuidadosamente el consumo distribuyéndolo proporcionalmente para cocinar, para beber, para lavar ropa, para lavarse ellas y a sus niños, para regar el huerto, para los animales, etc. Según el informe Evaluación de género de los proyectos de Agua en Etiopía, de Intermon Oxfam, la participación de ellas en la producción de alimentos es fundamental. Emplean entre un 60% y un 80% de su tiempo de trabajo en actividades agrícolas. Esto significa que la seguridad alimentaria de las zonas rurales depende principalmente del trabajo de las mujeres. Mientras los hombres, en general, se dedican a la producción de cultivos comerciales, son ellas las que atienden la producción para la subsistencia familiar. Cultivan verduras y mantienen el ganado para alimentar a sus familias o vender en los mercados locales. Por tanto, el uso de esos 40 litros de agua es doble: el doméstico y para fines productivos.
Si leemos entre las líneas de estos datos tan fríos podemos desmadejar el ovillo en asuntos prácticos del día a día. Por ejemplo, si las mujeres emplean unas dos horas en ir a por agua, en ese tiempo no pueden hacer otras cosas como trabajar para generar ingresos o estudiar para acceder a puestos de trabajo de mayor responsabilidad, potenciando así la autoestima y el reconocimiento. Además, si recorren largas distancias y cargan durante horas con ese peso se desencadenan problemas de salud como dolores de espalda –aplastamiento de vertebras, desviación de columna, etc.– que pueden, incluso, tener consecuencias negativas al dar a luz, dificultando el momento del parto.
Etiopía es una sociedad patriarcal que relega a las mujeres a un segundo plano justificándose en la tradición y en la religión. Sin embargo, con el esfuerzo para conseguir los Objetivos de Desarrollo del Milenio algunas cosas están empezando a cambiar.
En las épocas de sequía hay cortes de agua frecuentes y las mujeres tienen que esperar durante horas junto al surtidor hasta que llegue el líquido a ese punto geográfico concreto. / Ana Palacios
El Gobierno del país es consciente de estos serios problemas y, uno de los ocho objetivos que se enmarcan en el primer programa de Desarrollo de la Mujer Etíope (WDPI), es mejorar la situación para mujeres y niñas sensibilizando sobre asuntos medioambientales, facilitando el acceso de agua potable aumentando el número de surtidores para que ninguna persona tenga que andar mas de 30 minutos para conseguir agua. Del 2005 al 2010, el porcentaje de acceso al agua potable en zonas rurales creció del 25% al 66%. Además, aunque las mujeres desempeñan un papel importante en el uso y distribución de agua a nivel doméstico, también ha sido reconocida su función en los programas de desarrollo teniéndolas en cuenta en la toma de decisiones y gestión de estos recursos hídricos.
Ya en 1995, con la firma de la Constitución de Etiopía, se aseguraba la igualdad de género y desde entonces se han promulgado distintas leyes que deberían garantizar esta igualdad. El desafío, sin embargo, es conseguir que se cumplan. Una de estas leyes, promulgada en 2003, es precisamente el acceso de las mujeres a la propiedad privada de tierras, por ejemplo. Esto hace que las mujeres estén todavía más interesadas en las infraestructuras de agua, que irrigarán esas potenciales tierras en propiedad.
Hasta hace pocos años, ellas eran solamente usuarios pasivos, excluidas del proceso de toma de decisiones y de las actividades remuneradas o de formación relacionadas con el agua. Con el diseño de estos programas de desarrollo potenciado por la cooperación internacional se han tomado medidas especiales para incluir a las mujeres en estas estructuras, como los comités de agua y saneamiento para asegurar que están activamente involucradas.
Recoger agua y leña es tradicionalmente labor de mujeres en Etiopía. Bhune carga cuarenta litros de agua a diario, sus hermanos la acompañan hasta su poblado para protegerla, pero no cargarán ni un gramo de ese agua, porque… “el agua es cosa de mujeres”. / Ana Palacios
Hoy se garantiza que haya el mismo número de hombres que de mujeres representados en estas juntas, en las que se deciden temas tan importantes como la ubicación de los surtidores, tecnologías utilizadas, materiales, distribución de tareas y estrategias en caso de sequía o cortes de suministro. Incluso, en muchos casos, se nombra a mujeres como presidentas o tesoreras de estas comisiones.
Estas medidas contribuyen no solo a conseguir la igualdad de género, sino que, al mejorar el acceso al agua de las comunidades, se potencia la salud, la educación y la producción agrícola para el consumo propio e incluso para la exportación. Éxitos que acercan a Etiopía a alcanzar los soñados retos del milenio antes del 2015 en la lucha contra el hambre, promover la igualdad entre los sexos y a la disminución de la mortalidad infantil.
"El objetivo de los proyectos de agua no es la construcción de una presa o instalar una bomba. Deben funcionar, ser utilizados, y quizás lo más importante, deben ser parte de un proceso más general de cambio social", aseguró un día Jan Lundqvist (Departamento de Agua y Estudios Ambientales de la Universidad de Linkoping, Suecia). Que así sea.
En Etiopía, un 92% de los hogares rurales tienen un punto de agua potable a menos de cinco kilómetros de sus casas. El resto debe desplazarse más allá. En las zonas urbanas el 82% lo tiene a menos de un kilómetro / Ana Palacios
 * “Population & housing census. Atlas of Ethiopia”, 2007. Central Statistical Agency Ethiopian Development Research Institute. International Food Policy Research Institute.

* “Plan for Accelerated and Sustained Development to End Poverty 2005-2010” elaborado por Ministry of Finance and Economic Development (MoFED) de Etiopía.

The Fecal transplant Foundation

En casos extremo los antibióticos pueden tener un efecto altamente nocivo. Sólo en Estados Unidos, unos 14.000 pacientes sometidos a intensos y prolongados tratamientos con antibióticos mueren por una infección muy difícil de controlar. La causa una bacteria llamada Clostridium difficile (C. difficile o C. diff), que forma parte del ecosistema microbiano que habita en los intestinos humanos.
En situaciones normales, está contenida y no causa problemas, pero cuando el cuerpo es bombardeado con antibióticos, muchas de la poblaciones de las otras bacterias que forman ese ecosistema mueren y permiten que el número de C. diff crezca en forma desproporcionada.

Es exactamente lo que le pasó a Catherine Duff, una estadounidense de 57 años, que estuvo cerca de la muerte por esta causa. En total Duff pasó por ocho infecciones confirmadas. "Me deshidrataba en forma severa frecuentemente, y eso afectó a mis riñones". La infección con C. diff también provoca diarrea, fiebre y dolores abdominales, todos síntomas que pueden volverse severos y hasta ser fatales. Cada vez que ella tomaba antibióticos, por pequeña que fuera la dosis (aún en gotas para los ojos), volvía a ocurrir.


La solución para el problema de Duff llegó en la segunda mitad de 2012, en la forma de un tratamiento cuyo nombre -y ejecución- es poco atractivo: trasplante fecal, conocido en inglés también como FMT, siglas de trasplante fecal de microbiota (que suele usarse como sinónimo de micrombioma).

El FMT utiliza los microbios de otra persona para combatir la infección y normalizar la microbiota intestinal del paciente.
El procedimiento es relativamente sencillo, aunque no del todo agradable (suele hacerse vía enema) y "prácticamente cualquier humano sirve" como donante.
En el caso de Duff, el donante fue su marido. Y ella asegura que todas las incomodidades valieron la pena: "A las pocas horas empecé a sentirme mejor y al día siguiente tenía la energía para salir de la cama, tomar una ducha y cambiarme, algo que no había podido hacer por meses".
Quedó tan sorprendida con la eficacia del tratamiento que hasta estableció una fundación, The Fecal Transplant Foundation, para intentar ayudar a gente que se encuentra en su misma situación.
Sin embargo, la manipulación de la microbioma a través de la FMT todavía no está libre de controversia.
"La preocupación con los trasplantes fecales es que esta gente que los recibe se recupere de la infección inicial pero luego desarrolle otras enfermedades; reciben este microbio inoculado de otra persona, y tal vez su sistema inmune no está fuerte o el mismo microbio en mi cuerpo no es patógeno pero podría serlo en el tuyo", asegura Lita Proctor, coordinadora del Human Microbiome Project de Estados Unidos.

viernes, 21 de marzo de 2014

La relación del parásito-hospedador sería algo así como el contrapunto barroco


Cuando se habla de parásitos siempre se utiliza la metáfora del monstruo. Los monstruos tienen cierto atractivo y siempre despiertan nuestro interés. A mi me gustaría que de vez en cuando hablasen de genomas, de genomas que utilizan otros genomas para sus fines.
Aquí voy a ser provocador: nuestras células sexuales son un genoma que vive a expensas de nosotros y nos controlan. Creemos que somos individuos y no somos más que carcasas desechables, zombis cuya única misión es la de transmitir nuestras células sexuales desde nuestra generación a la siguiente y luego morimos lo mismo que el cyborg en la película Blade Runner.
Crecemos, somos niños jugamos aprendemos y nos desarrollamos. Nos salen granitos, nos viene la regla, despierta en nosotros el instinto sexual, nos apareamos y el instinto de protección hace que hagamos infinidad de sacrificios por nuestra prole y por último nos encontramos diciendo unas palabras delante de un anuncio de TDK y ya es hora de morir.
Si pensamos en genomas y no en individuos los parásitos dejan de ser monstruos para convertirse en otra cosa. Si utilizamos la música como metáfora y los genomas fuesen melodías la relación del parásito-hospedador sería algo así como el contrapunto barroco.
(Por favor que alguien me de un trabajo YA)

http://www.wired.com/wiredscience/2014/03/parasitic-junk-trunk/

strepsiptera crawler stage
Fotografía de microscopía electrónica de Strepsitera, a la izquierda saliendo del abdomen de su hospedador y a la izquierda participando en un concurso de culturismos (¿Qué os pensais, que los bichos no tienen vida?). Beani et al, 2005

 

http://www.youtube.com/watch?v=lyaPfR-Mj98


jueves, 20 de marzo de 2014

Especies rítmicas. A vueltas con Margulis y la evolución


La biología es extremadamente conservadora. En 2014 todavía se le llama teoría a lo que podría llamarse en toda regla ley de la evolución de tan probada que está por miles de experimentos y por su base matemática que permite hacer predicciones. La clasificación aristotélica duró más de 2500 años y de alguna manera todavía seguimos pensando en primates, secundates y terciates al hablar de los organismos superiores e inferiores. Un debate siempre caliente es el de qué es especie y que no lo es. Personalmente hay algo que me obsesiona en biología y de lo que no se oye hablar mucho y es cómo lo rítmico tiene una lectura y un marco en biología.
Hay procesos rítmicos que deben de tener a la fuerza una base biológica. Por ejemplo los cantos de los pájaros y la construcción de un territorio alrededor de ellos. La complejidad de ese canto se respeta en la comunidad de machos de ciertas especies. Si grabas a uno de estos pájaros y con un ordenador haces que el canto se vuelva más complicado y esta grabación modificada la haces sonar en un bosque alrededor de este canto artificial se creará un espacio libre de machos que “respetaran” la complejidad de este canto.
Hay también una frase en el libro “Acquiring genomes” de Lynn Margulis que me parece profundamente inspiradora, habla de que los líquenes son dos especies, hongo y bacteria, que funcionan como una sola especie cuando existen alternancia de sequedad-humedad, luz-oscuridad.
¿Es posible que estemos frente a frente a un lenguaje biológico todavía no explorado? Si consideramos esta frase de Margulis como una visión fugaz a un lenguaje real todavía no explorado y nos aventuramos a comprobar su vigencia en la naturaleza podremos entender muchos fenómenos de parasitismo. Los parásitos forman “especies” nuevas de manera temporal y rítmica pues tienen que adaptarse a la finitud de sus hospedadores. Parasitar y dispersarse para buscar otro hospedador: ritmos dentro de los ciclos de los parásitos.
¿Cuándo un parásito toma control de su hospedador, son dos especies o es una nueva? Una especie “temporal” pero que tiene un genoma determinado para que esa especie temporal se forme. Intentaré explicarme porque no soy filósofo y me cuesta dominar el lenguaje.
Una especie un genoma adaptado a el tipo de vida que esa especie desarrolla. Cuando una especie determinada comienza a “parasitar” a otra especie normalmente ocurre que su genoma sufre una reducción en el número de genes. Las bacterias con menor genoma son aquellas de vida intracelular obligada. la evolución de estos genomas tiende a perder genes esenciales para que el hospedador asuma las funciones de estos genes. Esto permite que la comunicación entre ambos genomas, el de la bacteria y la del hospedaor, sea más armoniosa, no existan duplicidades ni competencias entre ambos. De esta manera surgen las relaciones simbióticas en donde a la bacteria se le proporciona un ambiente estable y, a su vez, la bacteria suministra nutrientes básicos que el hospedador no puede tomar de su dieta, por poner un ejemplo. 
¿Podemos considerar a la relación entre el pulgón Cinara cedri y la bacteria Buchnera aphidicola, un ejemplo claro del caso anterior una especie nueva o una simbiosis entre especies? Es el mismo caso que el del liquen. Consideramos al liquen como una asociación entre dos especies. Cada genoma puede vivir independientemente (no así en el caso de Buchnera aphidicola), si pones al liquen es oscuridad el hongo acaba digiriendo a las bacterias cianoficeas y si los sumerges en agua el hongo muere pero las cianoficieas no. Sin embargo cuando hay alternacia de luz-oscuridad, humedad-sequedad en ese caso sólo la asociación existe, pero es que además en ambos genomas hay genes para que esa asociación exista y existe desde hace 200 millones de años, e incluso tiene
Después de leer una guía de líquenes ¿Hay quién piense que no son auténticas especies?
Un problema de los genomas simbiontes es que no pueden propagarse yendo juntos de la mano. Cada uno se propaga en la especie en la que está confinado. Es un momento crítico y que condiciona muchísimo la relación simbiótica. Aquí tenemos a Wolbachia que ha resuelto esto de manera elegante primando las hembras y propagándose de manera vertical a través de éstas. Los virus, si los consideramos no como especies sino como genomas, han arreglado esto muy bien con sus mecanismos de toxina-antitoxina. El ADN vírico tiene en su genoma dos genes uno codifica para un veneno que mata a la célula hospedadora y otro es un antídoto que la cura. Cuando uno de estos virus, un plásmido por ejemplo, entra en una bacteria ésta no puede desembarazarse de ellos. ¿Por qué? Pues por que el virus codifica el veneno y la antitoxina. La vida media del veneno es larga y la de la antitoxina es corta. Supongamos que la bacteria se divide y en una de las dos bacterias hijas no hay plásmido, bien, en esta bacteria libre de plásmido existen moléculas de veneno y antitoxina, la antitoxina desaparace primero por mor de su vida media corta, es entonces cuando el veneno mata a la bacteria libre de plásmido. Una vez que el plásmido entra en una población de bacterias no hay manera de deshacerse de ellos.
En organismos “superiores” por ejemplo insectos que parasitan otros insectos las cosas no son tan fáciles y los genomas de los parásitos han desarrollado un regulación genética sofisticada que hace que los hospedadores se conviertan en auténticos zombis al servicio de sus parásitos. ¿Es el parásito una especie? Si no consideramos a los virus como especies tampoco deberíamos considerar a estos parásitos especies porque no son de vida libre, sin su hospedador no podrían tener vida libre independiente. Si aplicamos esta definición estrictamente veríamos que la mayoría de las especies necesitamos de otras especies en algún u otro momento de nuestras vidas. Es ahí cuando creo que habría que traer el concepto ritmo a este tipo de debate. Colaboramos rítmicamente con otros genomas. Nuestros genomas necesitan de esas colaboraciones puntuales. El ritmo tiene una impronta en nuestros genes o al menos en la regulación de nuestros genes. Si la música es el sonido en el tiempo el estudio de la genética debiera de incorporar este tipo de conceptos. Una especie es un genoma en el tiempo. No es lo mismo un niño en crecimiento permanente, teniendo que cambiar unas estructuras obsoletas por otras (dientes de leche por dientes de adulto) que un adolescente preso de cambios hormonales que le hacen sentir atracción sexual donde antes no la había etc.
¿Pero esto tiene algún sentido evolutivo? Al fin y al cabo lo importante en evolución es la transmisión de genes de una generación a otra, lo que pase en la vida de esos genes no influye. Se nos dice que los cambios son al azar y sin embargo vemos que la historia, es decir el tiempo, deja una impronta. Estoy pensando en el libro de Jared Diamond “Guns, germs and steel” en donde se explica cómo la domesticación y la convivencia de los grupos humanos que han convivido con animales domesticos y sus enfermedades han hecho de éstos grupos resistentes a estas enfermedades y que les ha dado una ventaja selectiva cuando han entrado en contacto con otros humanos que carecían de esa historia de coevolución y que por tanto eran sensibles a estas infecciones. Estamos hablando aquí de epigenética.
Todo este rollo que os he soltado para recalcar la idea de que igual que la música ha desarrollado un lenguaje en donde los sonidos se disponen en el tiempo en la biología habrá que ir pensando en expandir el lenguaje de los genes a esta concepción temporal de los mismos. Esta expansión llegará a cambiar los conceptos de especie y las asociaciones temporales llegarán a tener un rango mayor del que gozan actualmente que no es otro que el de excepción, lo raruno y curioso lo que nos indica que nos estamos perdiendo parte de algo que no comprendemos.

Entrada dedicada con cariño a Paleofreak



lunes, 17 de marzo de 2014

Elogio del cuco


Cuadro de Nando Lestón, pintor carnotano y pseudoamigo

La foto que veis la tengo colgada en la cabecera de mi cama. Es una imagen inquietante. La mosca inquieta, está como aguardando que alguno de los pollos se muera. Normalmente de cada pollada sólo salen adelante el mayor y el siguiente de los pollos. Los pájaros ponen más huevos de los que pueden sacar. En caso de que el año sea excepcionalmente bueno pueden sacarlos todos adelante, sino lo que ocurre es que tienden a alimentar a aquel que abre más la boca. El pollo menos alimentado va perdiendo fuerzas y muere antes de salir del nido.

La política de recursos humanos en ciencia sigue este tipo de esquema. Se acepta en los laboratorios a más becarios de los que el sistema puede mantener. Poco a poco acaban arrinconados y expulsados del sistema. A los que sobreviven poco a poco se instalan en su particular zona de comfort y repiten el esquema con nuevos becarios. A los becarios no beneficiados por la fortuna ¿Les quedará alguna estrategia alternativa? ¿Podrán aprender del cuco en propio beneficio ya que otros se le han negado?

Erasmo de Rotterdam escribió “Elogio de la locura”. Un fantástico ejercicio de ironía en donde se nos muestra esos perfiles estúpidos y pagados de si mismos que ocupan posiciones de poder. A simple vista sus comportamientos no son en absoluto racionales y productivos, si, pero son felices en su ejercicio del poder. ¿Estamos locos? Se debía preguntar Erasmo. Pues si esa es la locura entonces elogiemos la locura. Pero ¿Es que son comportamientos ridículos? Ya, pero quizás en esa ridiculez, en esa capacidad de jugar a un juego que no es el del puro raciocinio lo que permite a estas personas estar donde están.

El cuco es un pájaro observador. Observó la dedicación paternal en el cuidado de la prole de otros pájaros. Pero, olvidémonos del animal en si y pensemos en él como un genoma. Un conjunto complejísimo de genes que pudo dar lugar a la decisión de dejar que otro genoma se encargase de llevar adelante a su prole. ¿Cuándo decide el cuco dejar su huevo en nido ajeno? ¿Hay cierta constatación de que hay pájaros con un sentido paternal mayor que el suyo?.

Hay algo de grandeza en la decisión del cuco. Al dejar sus huevos en otros nidos le da a cada uno de ellos las mismas oportunidades de salir adelante en la vida. La misma oportunidad de “cagarla”  porque si elige mal los padres adoptivos sus pollitos no llegarán a emprender el vuelo a África. En el caso del cuco no hay un hijo primogénito. Todos los huevos tienen la misma oportunidad de salir adelante. Dependen del buen juicio de sus madres para escoger aquellos nidos en los que eclosionar.

Este bebé cuco cuando eclosiona se esfuerza en eliminar los otros huevos del nido. No ha aprendido a hacerlo. Es un comportamiento instintivo que está inscrito en sus genes. Lo mismo ocurre cuando el polluelo adquiere su capacidad de volar, en ese momento vuela hacia África por si mismo. Pensad que muchos de sus padres adoptivos no son pájaros migratorios.

Genomas que deciden explotar “habilidades” de otros genomas en beneficio propio. Lo mismo ocurre con Wolbachia y sus virus que le confieren la capacidad para manipular las células sexuales de los artrópodos que parasitan. Tres genomas compartiendo destino: virus, bacteria y artrópodo. En el caso de los virus es fácil: los pobrecitos no son capaces de vivir por si mismos. Pero ¿Por qué se vuelven parásitas las bacterias o los cucos?. Puede parecer locura, pero seguro, como sospechaba Erasmo, había alguna verdad oculta que se nos escapaba y a la que, siendo ignorantes de sus mecanismos, sólo somos capaces de tratarla con la ironía o con el humor.

La hembra de cuco se divide en gentes, donde cada población favorece a una particular sp. parasitada pues su postura imita color y patrón de manchas de esa especie. El patrón de color es inherente a la hembra solo, sugiriendo que lleva el cromosoma sexo-dependiente W (las hembras son WZ, los machos ZZ). Muchos cucos noparásitos ponen huevos blancos.

viernes, 14 de marzo de 2014

Polutágenos: cuando nuestras heces infectan al mar

Este mes en Investigación y Ciencia vienen dos artículos sobre bacterias. Os voy a hablar de "Infecciones que invaden el mar". Es un artículo que no nos cuenta nada que no supieramos: la gran cantidad de población humana y de su ganado (vacas, cerdos) y animales domésticos (gatos, perros) está produciendo una cantidad enorme de heces que acaban en el mar. La solución que propone el autor es aumentar los humedales. Si, esas albuferas y lagunas que nos hemos cargado en el Siglo XX por considerarlas focos de infecciones.
 
En la novela "Cañas y barro" de Blasco Ibañez, el hijo, agricultor que trata de ganarle un terreno a la laguna representa el progreso, mientras que su padre, el pescador representa lo retrógrado. Hoy en día el padre sería el buen ecologista y el hijo el depredador. Otro ejemplo de la literatura es aquel cuento en el que se narra ensalzando el esfuerzo de una cooperativa durante la revolución rusa para erradicar el paludismo vertiendo petroleo en unas ciénagas.

Ahora resulta que necesitamos las lagunas y las marismas como depuradoras naturales. El autor acaba el artículo con esta frase: "Afortunadamente, pequeñas acciones pueden generar grandes cambios. Si salvar a una nutria marina no despierta suficiente interés para tratar mejor a nuestros residuos, sí debería hacerlo protegernos a nosotros mismos de los polutágenos". Bien, entiendo que el autor quiera hacernos creer que se trata de un problema muy importante. Habiendo hambre y desigualdades lo de los polutágenos tendrá que esperar. ¿Pequeñas acciones? liberarnos de mascotas y dejar de comer tanta carne. Pero ¿Quién tiene mascotas y quién come carne?

Las heces  de los gatos dispersan al parásito Toxoplasma gondii que también infecta a los delfines.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Simbiosis entre Gunnera y la cianobacteria Nostoc punctiforme

Todas las plantas del género Gunnera forman una relación simbiótica con una cianobacteria de la especie Nostoc punctiforme. La bacteria entra en la planta a través de unas glándulas que existen en la base de cada peciolo (el tallo de cada hoja). Una vez dentro son capaces de atrapar nitrógeno del aire en su forma N2 y transformar este nitrógeno inactivo en una forma química que pueda ser absorbida por la planta. La planta ofrece a la cianobacteria una fuente de carbón gratuíta además de unos túneles especiales en los tallos de las hojas en donde la bacteria puede vivir. Esta interacción simbiótica le permite a Gunnera vivir en áreas pobres en nitrógeno.


Ejemplar de Gunnera manicata o paraguas de pobre como se le conoce en Centroamérica

lunes, 10 de marzo de 2014

El microbioma como aislante reproductivo

Recientemente se ha publicado en Nature un trabajo que muestra un nuevo mecanismo de especiación a través de la relación entre un animal y su microbiota. Este trabajo está recogido en un artículo del Investigación y Ciencia de marzo de 2014 con el título "Nuevo mecanismo de creación de especies".


Esta fotografía de microscopía electrónica de barrido nos muestra a una avista Nasonia vitripennis mientras pone sus huevos en la ninga de una mosca Sarcophaga bullata. Los huevos (en azul) eclosionan 24 h después de haber sido puestos. Las larvas (púrpura) permanecen bajo la envuelta externa de la ninfa durante unos nueve días y utilizan a la mosca como fuente de alimento. Se ha demostrado que las bacterias adquiridas durante la alimentación y que viven simbióticamente con la avispa, pueden matar a las larvas de avispa híbridas. Foto fuente Nature


To make a long story short: Dos tipos de avispas Nasonia vitripennis y Nasonia giraulti, ambas parasitan moscas. Se estudian los descendientes masculinos formados por cruzamientos entre estas dos especies, la mayoría de los cuales muere durante el desarrollo larvario. Al manipular la exposición de las larvas a las bacterias, los investigadores establecieron que la presencia de microorganismos se asociaba a la enfermedad y muerte de los hibridos. Cuando se criaban las larvas en laboratorio en un medio carente de bacterias las larvas tenían una eficiencia biológica casi normal, pero cuando se introducían bacterias la mortalidad de los híbridos volvía a aumentar. Esta mortalidad es independiente de la especie de bacteria. Parece que los híbridos de Nasonia regulan mal la interacción biótica con su microbioma y ahí resida su problema de viabilidad. Es por esto que el microbioma se constituye en una barrera  del flujo genético entre especies.

El microbioma de las larvas híbridas estaba dominada por la bacteria Proteus mirabilis, a diferencia de las especies parentales que albergaban sobre todo especies de Providencia. La mortalidad de los híbridos fue independiente de si se añadían estas bacterias o incluso Escherichia coli. Los híbridos soportaban mal el contacto con el microbioma.

Referencia:

Evolutionary biology: A gut feeling for isolation. Gregory D. D. Hurst & Chris D. Jiggins. Nº 500, pag: 412-413, 2013)

miércoles, 5 de marzo de 2014

La Pompeya microbiana

Han conseguido descifrar el microbioma de  bocas de hace 1000 años. ¿Quién dice ahora que no existen las especies bacterianas?. Hace mil años existían las mismas bacterias que ahora. El nicho ecológico define perfectamente a la especie. Eso si, en la edad media no presumían de dentadura profident que digamos y las caries campaban felices a sus anchas así que nada de películas medievales con la dentadura blanqueada.

Placa dental fosilizada de un hombre medieval (no muy limpio, eso si) del sitio arqueológico de Dalheim, Alemania, ca. AD 1100. Crédito: Christina Warinner.
Placa dental fósil magnificada 1000 veces revela millones de bacterias Gram Positivas (azul) y Gram Negativas (rojas). Crédito: Natallia Shved.
La clave del descubrimiento, que ha sido publicado en Nature Genetics, ha sido la placa dental que adherida a los dientes crearon una tumba mineral para las bacterias que componían el microbiota de estos antepasados nuestros de hace 1000



La principal conclusión es que nuestros antepasados tenían básicamente las mismas bacterias que tenemos nosotros hoy en día a pesar de los tremendos cambios que ha habido entre la dieta e higiene entre el siglo X y el siglo XXI.

Los investigadores han descubierto que el microbioma de la boca de los habitantes del medioevo contenían ya la maquinaria genética básica para desarrollar resistencia a los antibióticos, ocho siglos antes de la comercialización de la penicilina en 1945.

El ADN de las bacterias atrapadas en la placa dental de estos dientes gracias a las nuevas técnicas de secuenciación masiva nos da una visión de cómo era el microbioma en esas épocas, por lo que este estudio podría ser considerado al mismo nivel que el descubrimiento de Pompeya para conocer cómo vivían los antiguos romanos.

https://docs.google.com/document/d/1dAc4uDl3Wumr_Qv5xjNK5v7rrv_T4Xwldgr5F68osgA/pub

El blog de Moselio Schaechter "Small Things Considered" tiene esta semana una entrada de Gemma Reguera sobre un artículo similar:

Adler CJ, Dobney K, Weyrich LS, Kaidonis J, Walker AW, Haak W, Bradshaw CJ, Townsend G, Sołtysiak A, Alt KW, Parkhill J, & Cooper A (2013). Sequencing ancient calcified dental plaque shows changes in oral microbiota with dietary shifts of the Neolithic and Industrial revolutions. Nature genetics, 45 (4) PMID: 23416520

martes, 4 de marzo de 2014

¡Nunca estás solo!

La espirulina es una bacteria, no un alga

Planta de producción de espirulinas en USA.

Claro, es más fácil vender que te vas a comer algas que suena más a sushi que a esas malignas que causan enfermedades. Las bacterias tienen peor fama que las algas. Lo cierto es que la espirulina es una cianobacteria, es decir, una bacteria capaz de hacer la fotosíntesis. Me voy a comprar un bote porque dicen que es buena contra la rinitis alérgica, la cual padezco, ya contaré si dejo los pañuelos de papel por estas bacterias. Las espirulinas tienen su propia página web http://www.espirulina.es/ bueno, las espirulinas no, los que las comercian.

lunes, 3 de marzo de 2014

"Amenaza en el paraíso" una película sobre la desinfección del agua en África

"Amenaza en el paraíso" es una película sobre la importancia de la higiene y el agua limpia. El agua de un río africano ha sido contaminada y está causando disentería. Una doctora europea recién llegada deberá hacerse cargo de la población enferma. El único consejo es "Hiervan el agua", pero hay muchos intereses, la leña es cara, los brujos se sienten amenazados en su conocimiento... No sabe que su vida también corre peligro.

Es una película que recuerda a aquellos "Estrenos TV" de hace años, una película pensada para la televisión. Aun así es una película entretenida y permite entender cual es la problemática de intentar cambiar las cosas en países en desarrollo.

domingo, 2 de marzo de 2014

La aparición de la agricultura hace 80 millones de años

Ejemplares de Termitomyces titanicus creciendo sobre una termitera abandonada


Lo mismo que ocurre con las ratas topo del desierto en donde la reina con su orina "esteriliza" a las demás ratas, las termitas son capaces de mantener hongos en sus nidos en un estado permanente asexual, orientado a producir sólo comida para beneficio de las termitas, es lo que los expertos llaman un "Fungus imperfectus". Cuando las termitas dejan el nido, y la ciencia no sabe todavía porqué lo dejan, los hongos dejan de estar en estado asexual y producen unas fantásticas setas. Estas setas son deliciosas y raras porque como se puede suponer a las termitas no les agrada construir gigantescos nidos con capacidad para dos millones de termitas para abandonarlas a la ligera. Por eso son raras y se venden caras en los mercados de Nigeria, Zambia y países tropicales del sudeste asiático.

Esta es una de las historias sobre las que escribe Elio Schaechter en su libro "In the company of mushrooms". Elio es un gran divulgador de la microbiología. Mantiene un blog de referencia "Small things considered", y además participa activamente en el podcast de la ASM ("American Society of Microbiology") en compañía de mi antigua jefa Michele Swanson.

 Lo que ocurre en el interior de estos termiteros gigantes es un misterio. J. Scott Turner en su libro "The Extended Organism" se refiere a estas sociedades de termitas cultivadoras de hongos como homeostasis social. Estas termitas han desarrollado la agricultura 80 millones de años antes que el hombre que sólo hace 8000 añitos de nada que aprendió las bases de la agricultura.

Estas termitas cultivadoras de hongos son las más evolucionadas dentro de su grupo. Los paleontólogos y los entomólogos creen que las termitas, como grupo, evolucionaron a partir de un ancestro que sería muy parecido a las cucarachas actuales. Estas termitas primitivas podían alimentarse de la madera en descomposición gracias a que tenían en la parte posterior de su tubo digestivos colonias de hongos, protozoos y bacterias que le ayudaban a digerir un material tan difícil de descomponer como lo es la madera. Hoy en día todavía existe una familia de termitas parecida a las cucarachas llamada Mastotermitidae. Las especies de Mastotermes vivían abundantemente en todo el planeta hace 5 millones de años, en el Eoceno y el Miocenoi, pero hoy en día sólo existe una especie, la Mastotermes darwinensis. Parece ser que el desarrollo de la agricultura por las termitas más modernas o "evolucionadas" ha pasado por un estado de evolución intermedio en donde el "cultivo" de hongos, protozoos y bacterias se realizaba en el interior del intestino delgado del animal. Posteriormente las termitas desarrollan una estructura social y un edificio sofisticado y todos los elementos se sincronizan para crear una "homeostasis social".

Por ejemplo hay protozoos que viven asociados a la superficie de protozoos que viven simbióticos en los intestinos de las termitas más primitivas como el caso de Staurojoenina mullei. En la fotografía de
http://69.195.124.84/~kevinjca/wp-content/uploads/2013/04/EXPLO_Staurojoenina_mulleri.jpg
Fotografía de microscopía electrónica de barrido tomada por el Dr. Kevin J. Carpenter. En ella se muestra el protozoo del intestino de una termita primitiva llamado Staurojoenina mulleri. En la fotografía se puede observar los miles de flagelos que semejan una melena. Lo más notorio de esta fotografía es observar la malla de bacterias que rodea el cuerpo del protozoo consistente en dos tipos de bacterias simbióticas distintas. El protozoo tiene un tamaño de aproximadamente 100 micras.

Niñas africanas felices por haber encontrado Termitomyces titanicus, unas setas caras apreciadísimas en África